El neurocientífico Richar Davidson, fue uno de los primeros académicos que demostraron científicamente los efectos de la meditación y el yoga en el cerebro.
Demostró cómo la meditación y el yoga aumentan la parte frontal del cerebro: cuando nuestras intenciones coinciden con nuestros comportamientos, o cuando nuestros pensamientos se alinean con nuestras acciones es cuando el lóbulo frontal está en su mejor momento.
En uno de los experimentos a un grupo de monjes budistas, el escáner mostraba en uno de ellos que la actividad cerebral de su lóbulo frontal era tan grande que los científicos dijeron: debe ser el hombre más feliz del planeta. Y la neurociencia les dio la razón declarando a Matthieu Ricard como el hombre más feliz del mundo. Francés, doctor en bioquímica, trabajo en el instituto Pasteur y obtuvo el premio Nobel de Fisiología o Medicina François Jacob y luego se reconvirtió en monje budista.
Los resultados mostraron niveles por encima de lo conocido hasta entonces de emoción positiva en el cortex prefrontal izquierdo, mientras que la actividad del lóbulo derecho, justo en el área relacionada con la depresión, disminuía. También disminuía la actividad de la amígdala, relacionada con el miedo y la ira. Otros estudios han demostrado que el nivel de atención de estos meditadores es mucho mayor que el del resto de población.