(Créditos foto: Guillermo Chaves)
por Diego Arguedas Ortiz
Mientras la región latinoamericana corta sus bosques para hacer espacio para campos agrícolas, Costa Rica ha logrado sostener sus bosques con ayuda de incentivos gubernamentales e incluso aumentó su cobertura boscosa.
Un nuevo estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO, en inglés) nos da las malas noticias: un 70% de la deforestación en América Latina entre 2000 y 2010 ocurrió para abrirle paso a la agricultura comercial, pero también muestra a Costa Rica como un país modelo que logró tomar una ruta inversa.
¿Qué hace a Costa Rica tan exitoso? La FAO atribuye el crecimiento al apoyo estatal y sus incentivos para conservar la cobertura forestal y en particular al Programa de Pago por Servicios Ambientales (PSA).
Tal vez nunca haya escuchado hablar del PSA (ojalá que sí), pero es una de las políticas públicas ambientales más exitosas en la historia del país y frecuentemente es tomado como ejemplo para reproducir el modelo en otros países.
En esencia, este programa es sencillo: si usted conserva el bosque en su propiedad, Costa Rica le pagará. La definición oficial habla de “un reconocimiento financiero por parte del Estado” a los propietarios y poseedores de bosques y plantaciones forestales” por el valor que dan sus bosques.
Un pequeño recordatorio para los que olvidamos rápidamente: Costa Rica era un desastre forestal durante gran parte del siglo XX y hasta la década de 1980. La propia FAO explica que:
Anteriormente, los bosques se consideraban “bancos de tierra” que podían convertirse según fuera necesario para satisfacer las necesidades agrícolas.
Pasamos de tener un 75% del país cubierto por bosques en 1940, cuando estaban naciendo los octogenarios de la actualidad, a contar con 21% en 1987, cuando llegamos al peor momento de nuestra cobertura boscosa, como muestra este gráfico de Revista Vacío.
Este gráfico, producido por Revista Vacío, muestra el cambio porcentual y de manera aproximada el cambio geográfico de la cobertura boscosa.
Este gráfico, producido por Rodrigo Ruiz para Revista Vacío, muestra el cambio porcentual y de manera aproximada el cambio geográfico de la cobertura boscosa.
Ahora, tenemos más de la mitad de país con cobertura boscosa y, de esa cobertura, alrededor del 50 % de la superficie forestal del país se encuentra en áreas protegidas, donde la ley forestal prohíbe el cambio del uso de la tierra.
¿Qué pasó?
Bueno, ocurrieron el PSA y sus precedecesores.
El PSA se construyó sobre la base de otras políticas en décadas anteriores. Como explicaron los funcionarios de SINAC Francisco González y Sonia Lobo en una presentación realizada en 1999 (cuando todavía estaba afianzándose el modelo de país verde):
En 1979 con el fin de disminuir la presión sobre los bosques e incorporar en el mercado nacional nuevas opciones de productos forestales, se establece el sistema de deducción del impuesto de la renta, dirigido a personas físicas o jurídicas que deseaban desarrollar plantaciones forestales con fines comerciales.
En 1986, con una modificación a la Ley Forestal, se crea otro mecanismo: el Certificado de Abono Forestal. ¿Este qué hacía diferente? No todas las personas o empresas con bosques en sus propiedades podían acceder al sistema de deducción de renta, entonces se crearon los CAF, que podían “negociarse o utilizarse para pagar impuestos, tasas nacionales y municipales o cualquier tributo, o bien hacerse efectivo en la Bolsa Nacional de Valores”, señalaron en aquel momento González y Lobo.
Luego, en 1997 se creó los PSA, el mecanismo que la FAO señala que tanto bien hizo al país. Entre 1996 y 2015, las inversiones en proyectos PSA relacionados con los bosques en Costa Rica alcanzaron los $318 millones.
El Programa paga, precisamente, por estos cuatro servicios ambientales que dan los bosques (que se definen en la Ley Forestal del 1995, si se sienten curiosos):
La captura de carbono (¿se acuerda del proceso de fotosíntesis, en que las plantas usan el dióxido de carbono y liberan oxígeno?)
La protección de agua para uso rural, urbano o hidroeléctrico
Protección de la biodiversidad
Belleza escénica natural para fines turísticos y científicos
La efectividad del programa fue mejorando con el tiempo. En capítulo ambiental, el Estado de la Nación 2015 explica que entre 1997 y 2000 el PSA evitó que dos de cada 1.000 hectáreas protegidas bajo esta modalidad fueran deforestadas anualmente, lo que equivale diez hectáreas de cada 1.000. (Los autores aclaran que si bien este impacto parece pequeño, ello se debe a que ya en esa época las tasas de deforestación eran bajas.
Conforme el programa se afianzó, la tasa creció. Los próximos cinco años, la tasa se duplicó: entre 2000 y 2005, se preservaron 20 hectáreas de cada 1.000 (cuatro por año).
En un estudio realizado en la zona de Sarapiquí y publicado en 2012, un grupo de científicos analizó fincas vulnerables a la deforestación con y sin PSA y logró concluir que el Programa aumentó la cobertura forestal entre 11% y 17% del área promedio de bosque.
En general, el PSA es más eficiente lejos de los Parques Nacionales, como mostró un estudio del 2015, algo que probablemente esté relacionado con el nivel de cumplimiento de la ley cerca de parques nacionales.
Estas tierras son usualmente más apartadas y, para los propietarios, el costo de oportunidad de la conservación es más bajo. ¿Esto qué significa? Que son grandes propietarios que generalmente consideran que el pago que hacen los PSA son suficientes y que, de usar la tierra para algo más, no les podrían sacar el mismo provecho.
(Créditos foto: Guillermo Chaves)
Los bosques maduros ocupan el 31% del territorio y un 18% en bosques secundarios.
Con seguridad alimentaria.
Mientras que los otros países de la región deforestaron sus bosques para hacer espacio para la producción agrícola, Costa Rica logró reducir la presión de cultivos de productos básicos en favor de la conservación y la gestión sostenible de los bosques, sin perder seguridad alimentaria.
Esta, de hecho, ha tenido un aumento desde la década de 1990, debido a los incrementos de la productividad agrícola y la importación de alimentos procedentes de países con costos de producción menores, según el nuevo informe de la FAO. Los últimos reportes de la organización en materia de seguridad alimentaria son positivos (aunque existen familias rurales pobres, sin tierras y vulnerables que sufren consecuencias de inseguridad alimentaria).
Esto es clave: si Costa Rica logra conservar su cobertura boscosa mantiendo buenos niveles de seguridad alimentaria, ¿por qué no puede hacerlo el resto de la región?
Escrito por Diego Arguedas Ortiz