En octubre 2016 me llamó Pablo Miranda y me dijo que había caminado el Laberinto de la Tierra y que quería hablar conmigo para construir uno o varios en la Sede de Occidente (SO) de la Universidad de Costa Rica (UCR) en San Ramón. Me alegró mucho la noticia pues hacía más de cuatro años que venía intentando construir uno de estos laberintos -hoy llamados senderos de inspiración- en la sede Rodrigo Facio de la UCR, universidad en la que estudié arquitectura.

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Laberinto Útero de la Tierra: esta geometría caminable fue diseñada por Ronald Esquivel para evocar la energía de la creación. Fue inaugurado en 21 de diciembre del 2012, el Día Uno. 

Le llevé una copia de mi libro sobre diseño de laberintos para que lo ojeara, pero su interés se centró en saber si estaba dispuesto a visitar la SO y elegir no uno, sino tres lugares para construir senderos de inspiración. Me sorprendió, pues nunca nadie ha pensado en más de uno de estas formas geométricas caminables. Me explicó que estaban firmando un acuerdo de cooperación con la Fundación Gaia para echar a andar un proyecto de crecimiento personal y generación de consciencia, con el programa “Yo soy la Respuesta”, bajo la iniciativa de Roxana Cedeño, y que una de las actividades lideradas por Javier Francisco Ortiz Gutiérrez había incluido el caminar el Laberinto de la Tierra, que lo impactó muy positivamente. Le expliqué que algunos de los senderos (laberintos) más valiosos de Costa Rica han sido gestionados por la Fundación Gaia y que tenemos una trayectoria de más de tres décadas de trabajo conjunto. Además, con el proyecto Senderos de Paz Madre Tierra estamos construyendo senderos en los territorios indígenas. De hecho, estamos construyendo el sendero más grande del mundo, pues abarcará todo el país. Visité entonces la Sede de Occidente para evaluar las opciones y elegimos unos cuantos sitios que parecían apropiados. Aún extrañado por la intención de Pablo de desarrollar tres y no sólo un sendero, me regresé con imágenes de posibles formas geométricas sucediéndose una tras otra en mi mente. Pablo dijo que esta era una “cabezonada”, pero que estaba muy seguro de que su intención traería múltiples beneficios, tanto para el personal administrativo como para profesores y estudiantes. Pablo me llamó a principios de año para indicarme que los fondos estaban asegurados y que ya había llegado el momento para actuar. Visité de nuevo la SO para tomar medidas y aterrizar las imágenes geométricas que seguían bombardeando mi pantalla mental. Le indiqué las necesidades de contar con personal capacitado en trazo y construcción y sobre el tipo de piedras que serían necesarias para concretar esos tres sueños. Pablo, sin pestañear, me aseguró que todos estaría alineado para el momento de arranque, sorprendiéndome aún más al indicarme que ¡ya no eran tres sino cuatro los senderos que deseaba ver en el campus de SO! Sin embargo, el cuarto debería esperar la terminación de unos trabajos en un área cercana. Aterricé los diseños que incluían uno basado en el pentágono y los otros dos fueron surgiendo en función de los árboles en un caso y las palmeras en el otro, presentes en los sitios seleccionados. Llegado el día de inicio de la construcción, apareció Jesús, nombre sincrónico, un constructor con genio creador y gran capacidad, que al ver los diseños, de inmediato ideó un sorpresivo método de trazo que nos ahorró horas de trabajo de campo. Siguieron tres días de trabajo de campo cargado de anécdotas de este bien humorado e insigne contratista de la construcción junto con sus colaboradores, hasta completar trazo y zanjeo de los tres senderos. Pablo continuó al frente de los trabajos hasta que quedaron concluidos. Paralelamente, le fui enviando los textos que me pidió para instalar rótulos informativos y publicar un folleto sobre estos nuevos senderos. Seguía ahora otra fase del nacimiento: la activación, que consiste en energizar los senderos, con la participación de personas que siembran sus intenciones en cada uno de los senderos, junto con la siembra de cristales específicos para cada uno de ellos. Los cristales fueron seleccionados y preparados por Jan Hurwitch de la Fundación Ética Visionaria y sembrados por un grupo de amig@s convocados por Gaia, que llegamos para la activación y para honrar a l@s guardianes de los senderos; un evento inolvidable por el alto nivel de frecuencia alcanzado. Por parte de UCR-SO fueron el día de la activación funcionarios universitarios, Roxana Cedeño Salazar, directora de la SO y representantes de la Fundación Gaia. Los cristales seleccionados para cada sendero son:

 


Sendero Expansión: ónix negro, por sus cualidades de transformar y disolver la energía negativa. Favorece el desarrollo de la fuerza física y mental, la buena fortuna y la sabiduría.

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Sendero Expansión: en geometría, el pentágono se expande natural y fácilmente y eso mismo se pretende en la experiencia humana. Caminar el sendero en silencio, observando desde adentro y de manera enfocada, me expande.

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Sendero Integración: amatista, porque promueve la calma, el balance y la paz. Favorece la espiritualidad y la intuición además de la estabilidad emocional y la fuerza interior.

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Captura de pantalla 2017-03-18 14.16.04Sendero Integración: La integración es la incorporación de las partes en un todo.Como individuo, caminando el sendero con intención, puedo integrar las diferentes facetas de mi personalidad para que sean guiadas por la esencia del ser. Camino para integrarme en una sola pieza.

 


Sendero Creatividad: ágata verde, porque favorece la protección, la fuerza y la armonía. Favorece también la creatividad y el intelecto.

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Fueron sembrados en los puntos principales de la trama geométrica básica de cada una de las figuras, algo comparable a los puntos de acupuntura del cuerpo humano. El Dr. Alan Cerna, médico de SO, hizo una exploración radiestésica de los senderos y recomendó la siembra de varios cristales de cuarzo unidos por cables de cobre, para enaltecer las capacidades terapéuticas de los senderos. Realizó además un trabajo de armonización en cada uno de ellos.

El Dr. Cerna y Javier Francisco descubrieron un hecho sincrónico impresionante. Alan llegó a Costa Rica hace muchos años atraído por el Proyecto Hospital Sin Paredes en San Ramón, dirigido por el tío de Francisco, el Dr. Juan Guillermo Ortiz. Francisco trabajó de niño en ese proyecto y le prometió a su tío que iba a estudiar medicina natural para traerla a San Ramón! Años después iniciaron un proyecto de meditación justo antes de que cerraran Hospital Sin Paredes, ahora convertido en los EBAIS. Lo más asombroso es que el Dr. Cerna fue el último médico en ocupar el puesto iniciado por el Dr. Ortiz antes del cierre. De esta forma la promesa de Javier Francisco se terminó cumpliendo gracias a una “cabezonada” de Pablo. Sigue ahora un trabajo de familiarización y propagación sobre los beneficios de la meditación enfocada para que mucha gente pueda cosechar esos beneficios y favorecer su conexión con su esencia para desempacar su mayor potencial humano.
Los senderos se inauguraron el día 24 de febrero del 2017

Ronald Esquivel Marzo 2017

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